Conmemoremos a esas mujeres valientes que abrieron veredas, donde no hubo caminos.
La incorporación de mujeres en diferentes aspectos de la vida, como actividades laborales, toma de decisiones; ha sido una lucha gradual, alcanzada por mujeres valientes que buscaron ocupar nuevos puestos, en su momento exigieron que sus opiniones fueran escuchadas. Mostraron sus logros y permitieron así el reconocimiento de nuestros derechos em diferentes niveles y a distintos costos.
En mi medio es común escuchar que no existe diferencia, que hay igualdad de género, como si estas prácticas, esta segregación pudo ser común en alguna otra época, donde las mujeres no podían votar. Pero la realidad es otra, se vive diferente tal vez nuestra rutina y la cultura, donde la normalidad no permite ver estas diferencias.
Sin embargo, para mí es común encontrar mujeres que decidieron cambiar sus elecciones de carrera, al escuchar que las carreras en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (carreras STEM) son difíciles o para hombres. Al preguntar a un grupo de estudiantes de entre 19 y 22, quienes, si optaron por una carrera STEM, en algún momento recibieron consejos como, elije algo que te permita cuidar tu casa, piensa que serás mamá y necesitarás cuidar a tus hijos, esa carrera es muy difícil y demandante.
Desafortunadamente, esto no solo es común en casa en el día a día, también en las aulas, en el ámbito laboral es frecuente la subvalorización de las mujeres y el escaso reconocimiento. Cuantas veces no nos hemos encontrado con profesores o jefes que exigen a las mujeres más que a sus compañeros varones, con quienes nosotras debemos probar nuestras habilidades; ya que algunos asumen que al ser mujeres recibimos ventajas y es necesario demostrar nuestras habilidades y experiencia.
El efecto goteo, aquel que se refiere a que las mujeres se pierden entre las grietas del sistema, se ve reflejado en el gran número de mujeres inscritas en licenciatura, el número se reduce en maestría y doctorado. Esta segregación laboral o techo de cristal, se observa también en el Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores, donde existe una mayoría de hombres en estas posiciones donde la desigualdad se incrementa en los niveles superiores.
Un gran inicio es reconocer que la desigualdad es un problema real, que existe un sesgo cultural, en las instituciones; el hacerlo permite que exijamos que las instituciones desarrollen estrategias para mejorar las condiciones de los grupos excluidos, aumentando su participación en los diferentes sectores.
Sin Igualdad no hay futuro.
Algunos enlaces de posible interés:
Las mujeres investigadoras en México
https://www.redalyc.org/journal/4560/456044959004/html/
Segregación ocupacional por género
Segregación laboral y barreras de género
https://biblat.unam.mx/hevila/Revistanicolaitadeestudioseconomicos/2010/vol5/no1/4.pdf